Salvemos juntos nuestro
mundo
¿Has
pensado alguna vez en cuanto daño le causamos al planeta cada vez que
desechamos papel o plástico? Es poco si lo vemos en nuestro hogar pero hay que
saber que no somos los únicos que aportamos desperdicios a nuestro mundo. ¿Qué
tal el uso de nuestros recursos naturales? El agua, nuestra fuente de vida, es
malgastada cada día y el aire, el motor de nuestro cuerpo, es contaminado poco
a poco. Todo esto debe ser usado con moderación para que en un futuro no muy
lejano sigamos gozando de su beneficio, pero eso no será posible si no
cambiamos nuestros hábitos ahora.
El
daño recién en los últimos años se ha hecho notar: el clima está cambiando
pasando a ser más extremo, los polos se están derritiendo y aumentando el nivel
del agua, la capa de ozono se está debilitando permitiendo que el sol nos haga
daño, entre otros problemas. Además si esto se presenta ahora se estima que
será peor de acá a diez años. Tal vez esa es la causa del problema: Solo
estamos pensando en el presente. ¿Qué pasará con nuestros hijos? Su generación
ya no podrá disfrutar de todo lo que ahora gozamos. ¿Cómo esto afecta a otros
seres vivos? Pensando más allá de la raza humana los animales por todo el mundo
se ven afectados también por el efecto invernadero y han empezado a sufrir por
nuestra causa, perdiendo sus hábitats y soportando, por ejemplo, los incendios
forestales y contaminación de los mares. Por si fuera poco gastamos de más
recursos como el papel que nos lleva a talar más árboles y, además, no hacemos
nada por detenernos ni revertir el daño.
Este
problema ya lo conocemos todos pero no sirve de nada recalcarlo sino se trata
de buscar soluciones. El reciclaje es muy fomentado en nuestros tiempos, pues
se hacen campañas que ayudan al medio ambiente. Sin embargo nuestro país no es
el mejor ejemplo de “cuidado al planeta” pues las autoridades no apoyan la
causa. En muy pocos distritos se ve tachos de basura que se separan en papel,
plástico, cartón y otros materiales reciclables y si los viéramos quizá
ignoraríamos los carteles y procederíamos a desechar la basura en cualquiera de
ellos. Por más que nuestra ciudad tratara de ayudar no sería suficiente pues la
voluntad de mejorar debe nacer de nosotros. Podríamos también ayudar desde las
acciones más pequeñas como plantar un jardín o cerrar el caño cuando nos
cepillamos los dientes. Imaginen el bien que pueden hacer tan simples actitudes
si no la hacen una sino un millón de personas alrededor del mundo.
Debemos
asumir nuestra responsabilidad pues somos nosotros mismos quienes contribuimos al
daño de nuestro planeta. Dejemos un legado para futuras generaciones, dejemos
el egoísmo de lado. Reciclemos y ayudemos con cada acción lo más que podamos y
evitemos dañar nuestro mundo para que sea disfrutado por todos.
Janiré Hinostroza
interesante temaa :)
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